Descripción

El Parque Central construido en la ciudad de Mendoza se destaca dentro de la tradición paisajística argentina por integrar las actividades recreativas y culturales propias de la vida urbana contemporánea, a la plasticidad de un lenguaje arquitectónico moderno, que además incorpora la historia del ferrocarril e imágenes de la memoria colectiva mendocina, vinculada a sus parques.

Así construye un espacio público inclusivo, dentro de la compleja relación entre la naturaleza perdida y el desarrollo de las grandes urbes que signa la modernidad. El proyecto de los arquitectos Daniel Becker y Claudio Ferrari, concibe el parque como un espacio público abierto a la multiplicidad de actividades deportivas y culturales, que extienden el sentido de recreación y contemplación de la naturaleza y al encuentro social que ofrece la vida ciudadana.

Para los autores fue primordial lograr la integración de distintas lógicas: la de la movilidad, el descanso y la contemplación junto con la lógica del intercambio en la cultura contemporánea. Así se genera un recorrido de diversos lugares con una fuerte dirección lineal, que toma la geometría ferroviaria del sitio donde se implanta y permite una suerte de mise en scène de la vida pública, concentrada en el anfiteatro natural y la explanada del reloj, donde se realizan exposiciones, talleres recreativos, cine, danza y fiestas conmemorativas al aire libre.

En este sentido, dos escalas resuelven la relación entre la trama urbana y la conformación de su espacio interior. La escala general forma un polígono que lo diferencia del barrio, y los puentes peatonales sobre la Avenida Mitre lo integran a los galpones del ex Ferrocarril —que serán reciclados— y a la Plaza Independencia, ubicada en el centro urbano. Así, una cinta aeróbica, que incluye un paseo peatonal y de bicicletas, bordea las calles vehiculares bajo la sombra circundante de un bosque de tipas que produce el pasaje de la escala residencial a las formas plásticas del paisaje interior. Este bosque ofrece a la ciudad un juego de fondo y figura vegetal, vinculado a las imágenes tradicional les de Mendoza; así, sobre el follaje persistente se destaca la variación estética de colores y texturas dadas por el cambio estacional de las especies.

El agua es el tema formal dominante del parque, que se elabora arquitectónicamente en dos dimensiones significativas. La fuente, incluida en el recorrido, forma una cortina de agua cuyo permanente sonido y discurrir remite al murmullo placentero de las acequias mendocinas. En cambio, el lago -que difiere respecto del jardín pintoresco por el lenguaje abstracto y por no imitar al mundo natural-, donde se refleja la casa de té, es un lugar culminante de llegada; allí convergen el declive verde del parque junto a las plataformas, bancos y decks que ofrecen lugares de estar al visitante para disfrutar un tiempo diferenciado dentro del paseo.

Premios

  • Primer premio Concurso Nacional de Anteproyectos: Becker – Ferrari – Fuentes
  • Premio de Arquitectura y Diseño Urbano Sustentable 2015, de la Sociedad Central de Arquitectos.

Datos

Categoría
Cliente Municipalida de la Ciudad de Mendoza
Ubicación Provincia de Mendoza
Superficie 130.000 m2
Fecha 2003-2006
Arquitecto B4FS Arquitectos